Puede
que sea vergonzosa, y un poco tímida, puede que a veces sea muy
niña, algo
estúpida. Puede que me guste escuchar esa estúpida
canción que me ata a ti.
Puede que sea un poco romántica, y siempre
llore al ver alguna de esas películas
que siempre acaban bien. Puede
que sea de risa floja, y que me de por reír al
verte sonreír, puede
que se me salga los colores cada vez que me sacas la lengua,
solo por
verme sonreír y puede, que sea feliz cuando estás conmigo. Cuando
estás
sin estar, cuando no te das cuenta de que te miro, o cuando no
me quiero dar cuenta
de que me miras sin querer verme. Puede que me
guste que me hables a susurros,
así tener alguna excusa para
acercarme más a ti. Puede que tiemble cada vez que te
veo girar la
esquina, y que me derrita cada vez que te me acercas.
Tengo
una ilusión más. Otra de tantas. Una nueva y distinta. Quizá rara
y obsesiva.
Pero una ilusión fantástica al fin y al cabo. Que se
suma a los numerosos sueños
de mi vida. Algunos imposibles, otros
alcanzables, y algunos más felices. Tú sabes
cuáles son. Me
conoces demasiado bien. Cada uno de ellos forma parte de mi
de mi
existencia, quizá alguno que otro también forme un poco, parte de
tu vida.
Pero es que te quiero demasiado como para no tenerte en
alguno de ellos. Sí,
también sabes que parezco una niña pequeña
imaginándome mi mundo irreal y
perfecto, pero hay veces en que
necesito inventarme ese mundo. Ahora sigo con mis
sueños. Con mis
metas. Con mis ilusiones. Que van a seguir ahí el resto de mi vida.
Seguro que llegaré a conseguir alguno, lo conseguiré, lo sé, tengo
ese presentimiento
. Y espero llegar a la meta, jugar bien mis cartas
y llegar a ser feliz en el mundo real,
sin cosas fantásticas pero
sin sueños rotos.